Los orígenes de nuestro colegio

El colegio "Virgen de la Fuensanta" se ubica en el barrio de Los Almendros situado en La Alberca de las Torres. Nuestro barrio fue ideado por un cura llamado Cayetano Moreno Martínez que quiso reinsertar a varias familias humildes que vivían en cuevas mal acondicionadas cercanas al Parque de El Valle Perdido en lo que se conoce como las ramblas. Este cura comenzó a construir las casas para estas familias, quisiendo mejorar de esta manera las condiciones de vida, pero no todas accedieron a dejar las cuevas de las ramblas porque temían que los etiquetasen de pobres.

Mientras las casas iban construyéndose los vecinos solicitaron al ayuntamiento la edificación de un colegio. El compromiso del consistorio fue la construcción del colegio pero, a cambio, el vecindario debía conseguir un terreno para el mismo. De esta manera y tras numerosas reuniones nocturnas acordaron entre todos el pago de 1000 pesetas por vecino para reunir la cantidad de dinero necesaria para el solar.

Logrado el terreno, y mientras se construía el centro, se daban las clases en las escuelas unitarias que estaban diseminadas por algunas zonas de La Alberca. Así, se podían localizar estas escuelas en lugares como la iglesia, el centro de mayores o la actual peña de Los Almendros. Estas aulas reunían niños de diversas edades comprendidas entre los 6 y 12 años. Por esta razón surgió la necesidad de centralizar la enseñanza en un único espacio.

Finalmente nuestro centro fue inaugurado 1969 unos años antes de que el barrio fuese construido. El colegio se le conocía como La Graduada porque las aulas se dividían en grados estando los alumnos agrupados por edades y sexo. El primer día de clase hubo seis aulas de niños y seis de niñas porque la educación segregaba a los niños por sexo. Esta situación cambiaría un año más tarde con la nueva ley de Educación.

El primer director fue don Rafael, que por oposición, dirigió la escuela formada por un único edificio. Ya desde aquel primer día el colegio se quedó pequeño necesitando nuevos espacios para ubicar más niños. Varios de éstos se hallarían en el pueblo, otros, en la sacristia de la iglesia o alquilando un salón de La Meseguera.

Seguiremos...

Unas cuantas fotos para el recuerdo,